La contaminación atmosférica es el fenómeno de acumulación o
concentración de contaminantes en el aire en un tiempo determinado como
resultados de la actividades humanas o procesos naturales, que causan molestias
y daños para la salud de las personas y otros seres vivos, así como a diversos
materiales. Por su parte, el concepto de calidad del aire se refiere al estado
de la contaminación atmosférica, dicho en otras palabras, es un indicador de
que tan contaminado se encuentra el aire y, por lo tanto, que tan apto es para
ser respirado. ONU Medio Ambiente.
La exposición a contaminantes del aire se evidencia de dos
maneras: a través d los episodios y accidentes. El primero se produce cuando
los contaminantes del aire se combinan con otros factores, como las
anormalidades meteorológicas y la topografía, para crear una atmosfera
amenazante para la salud. A pesar de que le hombre es el responsable del factor
contaminación, la concurrencia de los factores es incontrolable. El segundo
factor se da cuando una descarga inadvertida y evitable de sustancias químicas
toxicas, a menudo atribuible a fallas mecánicas o al terror humano. CEPIS 2005.
Imagen 1: Las emisiones
de gases de efecto invernadero del sector transporte representan ¼ del total en
América Latina y el Caribe.
Tomado de: ONU Medio Ambiente.
La contaminación del aire
representa un importante riesgo medioambiental para la salud, bien sea en los
países desarrollados o en los países en desarrollo.
La OMS estima que un 72% de las
defunciones prematuras relacionadas con la contaminación del aire exterior en
2012 se debieron a cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular, mientras
que un 14% se debieron a neumopatía obstructiva crónica o infección aguda de
las vías respiratorias inferiores, y un 14% a cáncer de pulmón.
Según estimaciones de 2012, la
contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo
provoca cada año 3 millones de defunciones prematuras; esta mortalidad se debe
a la exposición a pequeñas partículas de 10 micrones de diámetro (PM10)
o menos, que pueden causar cardiopatías, neumopatías y cáncer. OMS 2016.
Imagen 2: Cada año,
1,7 millones de niños mueren a causa de la contaminación del aire, el agua
insalubre, la falta de saneamiento u otros riesgos ambientales.
Tomado de: ONU Medio Ambiente.
Los habitantes de países de
ingresos bajos y medianos sufren desproporcionadamente la carga de morbilidad
derivada de la contaminación del aire exterior, lo que se constata por el hecho
de que el 87%, de los 3 millones de defunciones prematuras, se producen en esos
países, y la mayor carga de morbilidad se registra en las regiones del Pacífico
Occidental y el Asia Sudoriental de la OMS. Las últimas estimaciones de la
carga de morbilidad reflejan el importantísimo papel que cabe a la
contaminación del aire en las cardiopatías y las defunciones prematuras; mucho
más de lo que creían los científicos anteriormente.
La mayoría de las fuentes de
contaminación del aire exterior están más allá del control de las personas, y
requieren medidas por parte de las ciudades, así como de las instancias
normativas nacionales e internacionales en sectores tales como transporte,
gestión de residuos energéticos, construcción y agricultura. OMS 2016.
Existen numerosos ejemplos de
políticas fructíferas relativas a los sectores de transporte, planificación
urbana, generación de electricidad e industria, que permiten reducir la
contaminación del aire:
- Industria: utilización de
tecnologías limpias que reduzcan las emisiones de chimeneas industriales;
gestión mejorada de desechos urbanos y agrícolas, incluida la recuperación del
gas metano de los vertederos como una alternativa a la incineración (para
utilizarlo como biogás).
- Transporte: adopción de métodos
limpios de generación de electricidad; priorización del transporte urbano
rápido, las sendas peatonales y de bicicletas en las ciudades, y el transporte
interurbano de cargas y pasajeros por ferrocarril; utilización de vehículos
pesados de motor diésel más limpios y vehículos y combustibles de bajas
emisiones, especialmente combustibles con bajo contenido de azufre.
- Planificación urbana:
mejoramiento de la eficiencia energética de los edificios y concentración de
las ciudades para lograr una mayor eficiencia.
- Generación de electricidad:
aumento del uso de combustibles de bajas emisiones y fuentes de energía
renovable sin combustión (solar, eólica o hidroeléctrica); generación conjunta
de calor y electricidad; y generación distribuida de energía (por ejemplo,
generación de electricidad mediante redes pequeñas y paneles solares).
- Gestión de desechos municipales y
agrícolas: estrategias de reducción, separación, reciclado y reutilización o
reelaboración de desechos, así como métodos mejorados de gestión biológica de
desechos tales como la digestión anaeróbica para producir biogás, mediante
métodos viables y alternativas económicas en sustitución de la incineración de
desechos sólidos. En casos en que la incineración sea inevitable, será crucial
la utilización de tecnologías de combustión con rigurosos controles de emisión.
Basado en el estudio de la OMS
2016.
Imagen 3: La calidad
del aire que respiramos es uno de los grandes desafíos urbanos. Se calcula que
100 millones de personas en América Latina y el Caribe viven en áreas
susceptibles de contaminación atmosférica.
Tomado de: ONU Medio Ambiente.